martes, 30 de agosto de 2011

No hay nada como la vida en el campo

Voy a estrenar este blog recien llegada de mis vacaciones. Y como bien digo, no hay nada como la vida en el campo.

Vida sana y tranquila. Hasta los días parecen más largos ....

Aún mantengo la calma y tranquilidad para hacer las cosas lentas y sin estrés. A ver lo que me dura, je je.

Anoche de charla con mi hermana (que también ha estado viviendo en un pueblo este verano) estábamos de acuerdo las dos en todo esto. Comentábamos que al vivir más tranquilas y hacer las cosas más lentas desgastas menos energía, por lo que la recarga de pilas por la noche es mayor y al despertar no estás cansada. Yo reconozco que soy muy dormilona pero estos días he madrugado porque no me hacía falta dormir más.

Ha sido una verdadera cura contra el estres. ¡Fuera la ansiedad y el corre que te corre diarios!

Y qué decir de los alimentos.... ¡vaya materia prima!..... Esos tomates, enormes y con carne. Los tomates de la ciudad están huecos por dentro y llenos de pepitas. Nunca había comido tomates iguales, ni pepinos (con sabor a pepino y para nada insípidos) y ese orégano del campo, que se cogen unas ramas secas y se deshoja en el momento.

Este es un plato que no falta nunca en casa de mi buena amiga Maribel. La ensalada de tomate, pepino, orégano, sal gorda, un buen vinagre de vino y un buen chorreón de aceite de oliva virgen.

Parece una simple ensalada, pero su sabor....... inmejorable, gracias a esa estupenda materia prima que le guardan casi a diario especialmente a su marido, Jaime.

Lo siento por los que vivis en la ciudad, pero estos sabores solo se encuentran en el campo.

Y ya sabéis, si tenéis oportunidad.... no hay cosa mejor que el contacto con la naturaleza  y los productos que nos ofrece.

Siento no tener foto, pero soy nueva en esto y no se me ocurrió hacer una.

Hasta otra.